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Regla 4: Nunca creas lo que un hombre dice

Seguimos con la transcripción del libro "Reglas Espirituales de las Relaciones" (de Yehuda Berg) con el fin de ayudarnos a manifestar la relación que tanto deseamos.


No quise comenzar con esta regla porque me preocupaba que te causara una impresión equivocada, pero ahora que empiezas a entender las reglas y el contexto espiritual del que emergen, creo que estás preparada para leer la siguiente: no creas lo que un hombre dice, sólo observa lo que hace. Esta regla, en orden de importancia, debería encabezar la lista.


El adversario controla nuestros pensamientos y nuestras palabras la mayor parte del tiempo. El único momento en el que nuestra alma habla es cuando nos resistimos al Adversario, por lo tanto, la mayoría de las palabras que salen de nuestra boca están motivadas por el interés propio y no por la luz. Esto es particularmente cierto en el caso de los hombres, y más cuando están en la etapa del cortejo.


Por ejemplo, si el hombre que está en tu vida te dice "Cariño, te quiero", "Amor mío, te extraño", "Eres increíble"... pero nunca te llama y casi nunca está contigo, ¿crees en sus palabras o en sus acciones? O tal vez estás con un hombre muy callado y deduces que no está interesado en ti, pero en vez de basar tus conclusiones en lo que dice o deja de decir, observa sus acciones. Si es callado, pero te envía mails regularmente, te hace regalitos o te dedica tiempo constantemente, entonces le gustas. Es posible que no sea un gran conversador, pero sus acciones dicen más que sus palabras.


¿Por qué no deberías creer lo que un hombre dice? Porque en el mundo masculino, hablar tiene mucho menos significación que en el mundo femenino. Esto suele confundir a muchas mujeres porque entre ellas hablar es una forma importante de intercambiar energía, una forma de conectarse entre ellas; pero en el mundo masculino no es así.


Hablando es como los hombres se venden a sí mismos, alcanzan el éxito o tranquilizan a alguien. Para la mayoría de los hombres, el acto de hablar es una herramienta para conseguir un objetivo que no suele estar conectada con la verdad, ni con la luz. Por supuesto que hay excepciones a la regla, pero en general los hombres dan mucho menos valor que las mujeres a las declaraciones verbales.



ÉL NUNCA ESTÁ


Si el hombre con el que llevas un año de relación te ha estado diciendo que tiene planes de dejar a su mujer en cualquier momento pero todavía no lo ha hecho, sus acciones revelan toda la historia, la cual imagino que tu alma conoce desde el principio.


Si un hombre elige no estar cerca de ti, hay una buena razón para ello. Podrá decirte que sus ocupaciones de piloto o de médico no le dejan un segundo libre, y es posible que sea cierto, pero si un hombre quiere hacer tiempo para ti, lo hará. ¿Por qué? Porque compartir su Luz es el único camino que conoce; no sabe cómo poner el freno o cerrar la válvula, esa no es una habilidad que su alma posee. Por lo tanto, si no está compartiendo su Luz contigo, la está compartiendo con el mundo de alguna otra forma.


Esto es así porque lo único que hace verdaderamente feliz a un hombre es compartir su Luz, esa es su naturaleza. Cuando descubre su particular forma de transferir energía a este mundo, se siente satisfecho. Sea mediante su actividad profesional o su vida privada, su única función es transferir Luz a otras personas. Y cuando siente que ha alcanzado su meta, se queda en ese lugar compartiendo indefinidamente... hasta que su Luz se dirige a otro lado.


¿Qué puedes hacer cuando estás en una relación de compromiso duradera, pero tu pareja no está pasando suficiente tiempo contigo? No te está valorando, no está dándote la energía que tú piensas que mereces. ¿Qué haces? ¿Te sientas y hablas con él? No. Como ahora ya sabes, hablar no tiene el mismo significado para los hombres como lo tiene para las mujeres. La mayoría de los hombres comprende las acciones mucho mejor que las palabras.


Por consiguiente, en vez de sentarte a conversar con él para intentar llevar a cabo un análisis sobre "el estado de la relación", haz algo fabuloso por ti misma que no lo incluya a él. Sal con tus amigas, ve a darte un masaje, pasa un día en el spa, ve a escalar, participa en una actividad de voluntariado; cualquier cosa que te guste y vigorice tu alma. Ve a compartir tus dones con los demás, en definitiva, haz algo que te recuerde que no se trata de él, sino de tu relación con la Luz.


Así, mientras honras tu relación con la Luz, no estás ahí para él, no estás disponible intencionalmente. Y los hombres quieren aquello que no pueden tener. No lo olvides, ¿qué es lo único que ellos nunca deben poseer? Tu Luz.

Tu luz te pertenece. Puedes permitir a un hombre deleitarse en ella de vez en cuando, pero recuerda que te pertenece a ti y una mujer inteligente nunca entrega libremente su Luz. Aunque estén celebrando las bodas de oro, él nunca debe poseer tu Luz. Esa es tuya y es lo que te hace feliz.



¿POR QUÉ LOS HOMBRES SON INFIELES?


Los hombres funcionan en un mundo de acción, un mundo de proactividad; esta es la naturaleza del canal, el cual está en un estado constante de compartir energía. Sus acciones revelarán si está en paz –o no– con la forma de compartir su Luz con el mundo.


Si te relacionas con un hombre que todavía no ha encontrado su lugar en el mundo, no está contento con su camino o no ha definido sus propios términos como hombre, te será infiel. Este tipo de infidelidad no es necesariamente sexual. Los hombres pueden volverse emocionalmente no disponibles de diversas formas: mediante la televisión, el trabajo, el alcohol, el Internet, el juego o cualquier otra adicción o distracción.


¿Por qué son infieles los hombres? Porque es algo en lo que casi todos pueden sentirse exitosos cuando no tienen éxito en la mayoría de las áreas de su vida. Quieren sentir gratificación instantánea, placer inmediato y éxito a corto plazo. Algo es algo, ¿no? Es posible que no sea plenitud verdadera, pero por lo menos suaviza momentáneamente la situación.

Según la Kabbalah, el ego es una fuerza muy poderosa, es el verdadero Satán. Y por cierto, Satán en hebreo significa "adversario", por lo tanto, Satán no es ni un demonio ni un diablo, sino la fuerza de conciencia reactiva del ego que nos pone a prueba en cada momento del día. Si le damos poder a nuestro ego, si lo escuchamos, puede llevarnos por caminos que nos alejen de la Luz del Creador.


Los hombres entregan el control de su vida al ego cuando se creen la mentira de que deben poseer riqueza material para ser exitosos, un puesto de trabajo determinado para sentirse validados, un automóvil deportivo para tener poder... y así continúa la lista. Pero cuando un hombre encuentra su propia forma exitosa de canalizar la energía de Dios en el plano físico (por ejemplo, compartiendo con sus hijos, a través de su vocación o de un pasatiempo), deja de necesitar el cargo ejecutivo, el salario o el automóvil deportivo.


La concentración inmensa de Luz que ese hombre es capaz de canalizar acaba con el ego y con todos sus engaños. La necesidad de engañar, hacer uso de adicciones y distracciones y vivir un romance físico o emocional desaparecen. Por supuesto, para un hombre esto es fácil de describir pero nada fácil de lograr. Requiere mucho trabajo y numerosas herramientas. Afortunadamente todos podemos contar con la tecnología de la Kabbalah.


La clave para una mujer es encontrar a un hombre que esté canalizando Luz y disfrutándola, alguien que no necesite energía externa barata para mantenerse motivado, alguien que actúe motivado por una fuerza duradera interna, o por lo menos, que esté en camino de descubrir su propia forma de compartir su don con los demás.


Si no puedes encontrar a un hombre con semejante estado de conciencia, encuentra a uno que sea prometedor en ese sentido. Después podrás presentarle este libro y sus enseñanzas, puede que esta información resuene con él... o no. Si la respuesta es positiva, estarás bien encaminada.



NO PRETENDAS DESCIFRAR A UN HOMBRE


Muchas mujeres creen que si pueden evaluar las palabras y acciones de un hombre podrán entender sus intenciones, pero descifrar a un hombre no ofrece muchas ventajas. Imagina un empleado de tu compañía está actuando de forma extraña últimamente; llega tarde a la oficina, entrega sus proyectos después del plazo establecido y no devuelve las llamadas a los clientes. Has discutido el problema con él y te ha prometido hacer algunos ajustes, pero su comportamiento sigue siendo el mismo. Tu negocio está empezando a sufrir las consecuencias. ¿Qué haces?


¿Dedicas mucho tiempo a preguntarte qué pensamientos se esconden tras su comportamiento errático o tomas una decisión ejecutiva? Un gerente eficaz toma una decisión ejecutiva en bien del negocio porque sabe que de lo contrario pondrá en riesgo el bienestar de toda la empresa. Los hombres no están diseñados para ser descifrados, lo cual significa que todo lo que una mujer puede hacer es actuar. Si un hombre no es efectivo en su rol en tu compañía, es momento de que le muestres la puerta de salida.


Días después de haber conocido a un hombre y esperar su llamada telefónica, muchas mujeres se preguntan "¿Por qué no me llama?". Tal vez sufrió un percance en el Tíbet mientras intentaba escalar el Monte Everest, no lo sabemos, y la verdad de la situación es que NO IMPORTA. Tu Luz y tu tiempo son demasiado preciosos para malgastarlos en intentar comprender las extrañas maquinaciones de la mente masculina. De hecho, los hombres no tenemos tantas cosas en mente como las mujeres piensan; si él no te llama, es momento de dejarlo ir. Esta es la única acción que debes llevar a cabo. Así de simple.


Algunas lectoras pueden estar en desacuerdo con este enfoque. Puede que decidas que es mejor ir a salvarlo al Tíbet, por lo menos así podrás comprobar que su celular realmente no funcionaba y que esa era la razón por la que no te llamaba. Averiguarás en qué expedición se encuentra y escalarás una peligrosa montaña para rescatarlo, pero a pesar de haber impedido que muriera congelado, él no se enamorará perdidamente de ti. De hecho, lo más probable es que se moleste porque le has seguido hasta allá. Después de todo, has interrumpido su aventura, has succionado su Luz.


Tomar decisiones basadas en el miedo y la inseguridad es una forma de vivir reactiva e ineficaz, que nunca honrará ni te conectará con la fuente de Luz que está en tu interior. ¿Qué puedes hacer en su lugar? Puedes elegir resistirte a la necesidad de "entender" a tu hombre y basar tus decisiones sólo en su comportamiento. Al hacerlo, te conviertes en alguien que toma decisiones efectivas, una mujer cuya base es la certeza y la fortaleza.

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