Saturno es un reloj, un calendario, una alarma que suena tempranísimo para que cumplamos con nuestro deber, los gustos adquiridos de grandes, los aprendizajes que nos da la vida. @traducirelcielo por @loveriasecrets
Repetir la misma acción con constancia: adelantar un pie a otro y subir la montaña; Saturno nos sostiene. La montaña no se sube en un solo movimiento. Es crucial reiterarlo y volver, de la suma de cada paso, un recorrido. Saturno es mirar hacia atrás y ver lo que hicimos con nuestro tiempo. Es ejercer nuestra responsabilidad. Es hacer eso que no tenemos ganas de hacer, pero que es por nuestro bien. Aquello que nos llevará lejos.
Las obligaciones que no elegiríamos, quizás, si pudiéramos formular nuestra propia lista con absoluta libertad, pero que son necesarias para nosotras y para los demás. A su manera, Saturno cuida. Impone los límites: la piel, que nos separa del mundo; la organización, que diferencia a quién le corresponde cada cosa y cómo llevarla a cabo; las sanas fronteras y reglas que ponemos en nuestras relaciones para no perdernos en ellas. Nos estructura: es el esqueleto y los huesos; la jerarquización, porque no todo tiene la misma importancia. Es el tiempo, el momento para cada cosa, la madurez que vamos adquiriendo a través de nuestras vivencias. Nos dinamiza: nuestras rodillas y tendones nos permiten avanzar, movernos, escalar. Saturno en nuestra carta indica cómo aceptamos las responsabilidades, si tenemos disciplina y cuáles demoras u obstáculos podemos hallar.
El maestro severo que nos exige más porque sabe que podemos. Saturno es duro, pero justo: aquello que pongamos de nuestra parte dará sus frutos de alguna u otra manera. No se lleva nada que no haya encontrado su momento de irse. Es temido, y cuando llega el momento del primer retorno quienes son conscientes de la Astrología y sus tiempos suelen preocuparse. No hay que temer: Saturno aplica sus restricciones para limpiar el camino, otorga recompensas merecidas y reubica a quienes están desorientados.
En astrología tradicional, Saturno se conoce como el “maléfico mayor”, “señor del Karma” por ser este Maestro Celestial que nos trae las lecciones y los desafíos que tenemos que enfrentar para responsabilizarnos. Y, a veces, nos torna desconfiados, fríos, calculadores. Solitarios, rígidos, bloqueados. Materialistas y ambiciosos sin consideración. Excesivamente críticos con nosotros mismos y con los demás.
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Esta el riesgo de Saturno cuando se expresa de manera inarmónica. Pero también nos ofrece la llave de la sabiduría y la sensatez. La paciencia, la constancia, la ambición y la tenacidad que necesitamos para convertirnos en nuestro propio maestro y guía. Porque podemos incorporarlo a nosotros o verlo reflejado afuera: en autoridades, en ancianos, en tutores, en líderes. Nuestros ancestros, en ermitaños o en personas mayores y sabias. En un análisis astrológico, puede simbolizar a esas figuras o a nuestra propia capacidad paradójica de restringirnos para, así, darnos el mundo entero.
Ficha técnica
Domicilio: Capricornio y Acuario Exaltación: Libra Caída: Aries Exilio: Cáncer Cualidades: frío y seco
Rige la casa 10 (vida pública y metas profesionales) y la casa 11 (amigos y organizaciones grupales). En el cuerpo rige los huesos, los tendones, el esqueleto, los dientes, los órganos del oído y la piel. En la mitología romana, es un dios al que se veneraba por ser benéfico en la agricultura y ofrecer solidez y orden. En la mitología griega es Cronos, el tiempo, uno de los Titanes; también es Jehová en el Antiguo Testamento y el Padre Tiempo en el folklore popular. La carta del tarot es: el Mundo. El día de la semana es: el sábado.
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