¿A qué nos referimos cuando hablamos de la Luna? Conoce aquí sus luces y sombras.
La de la Luna es energía receptiva y tierna. Es nuestro lado yin, el sensible, el variable, el que siempre está en movimiento. Como los ciclos naturales que la Luna marca, crece y decrece, se vacía y se llena. Es nuestro vaivén emocional, nuestro refugio y nuestra riqueza interior. Es, entonces, una energía íntima, que no se está mostrando siempre ni todo el mundo conoce, y que a veces ni nosotros mismos (re)conocemos del todo.
Es el eco que quedó resonándonos dentro de cómo fuimos criados, amados, protegidos… o de las carencias asociadas a ello, si nos faltó esa nutrición física y emocional que necesitamos de pequeños. Y es que en ese verbo está la clave para entender la energía lunar: mientras el Sol se identifica, quiere o simplemente es, la Luna necesita.
En su manifestación más armónica es nuestro lugar seguro, donde podemos refugiarnos del mundo exterior cuando es demasiado, donde nos aseguramos y seguimos creciendo. Desde allí, también, desplegamos nuestros dones para ayudar a crecer a otros. Sabemos proteger, cuidar, resguardar.
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En su manifestación baja, refleja la reacción inconsciente que sale sin que la podamos pensar o mediar. Es lo que hacemos o decimos por impulso cuando nos sentimos amenazados, y después nos hace arrepentirnos. Es, también, inseguridad y dependencia, inmadurez y persistencia en un estadío aniñado; es la semilla que no termina de germinar.
La Luna tiene el potencial de mostrarnos cómo crecer y dar nuestra sombra protectora a nosotros y a los demás. Cómo bastarnos, amarnos, hablarnos con dulzura y proyectar estas acciones en el amor a los otros. Es la base de la estabilidad emocional que cada individuo necesita para poder desarrollarse en plenitud.
Ficha técnica
Domicilio: Cáncer
Exaltación: Tauro
Exilio: Capricornio
Caída: Escorpio
Día de la semana: Lunes
Rige la casa 4 (la familia, el origen, la memoria, el pasado).
En el cuerpo, rige las mamas, los órganos de la gestación y el ciclo menstrual.
En la mitología griega tiene tres vertientes: Deméter, la diosa de la fertilidad y madre de Perséfone que baja a los infiernos por ella; Selene, la hermana del Sol y reina de la noche, y Artemisa, protectora de los nacimientos, los bebés y los niños.
La carta del tarot es: la Sacerdotisa.
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